De orígenes poco precisos, el término cuchara proviene del latín "cochleare", y podemos decir que es uno de los instrumentos más antiguos de los que se ha valido la humanidad tanto para comer, como para servir, aunque en un principio contase con formas muy dispares. Algunos expertos opinan, que desde el Paleolítico los hombres ya utilizaban diferentes tipos de utensilios para poder tomar los alimentos (sobre todo alimentos pastosos o líquidos). Unas veces con forma de pala y otras con un poco más de concavidad.
Dependiendo de la zona geográfica donde estas primeras comunidades estaban asentadas, estos utensilios podían ser de diferentes materiales. Las comunidades asentadas al lado del mar, solían utilizar conchas de moluscos. Las comunidades del interior se valían de cortezas, huesos y algunas otras materias primas que les eran más fáciles de conseguir. Cada comunidad utilizaba aquel material que le era más sencillo conseguir. Para encontrar algún vestigio de utensilios fabricados por el hombre, nos tenemos que remontar al Neolítico, según afirman los expertos, donde las comunidades asentadas en medios rurales, que vivían de la ganadería y la agricultura, elaboraban ya utensilios que les servían para cocinar, para llevarse líquidos a la boca o trasvasarlos, etc.
Muchas de estas sociedades, tenían como dieta básica alimentos esenciales como harinas, tomadas en forma de gachas, sopas o purés. El diseño de estos primeros utensilios, aunque todavía bastante rudimentarios, debido a la falta de herramientas de precisión, empezaban a tener una forma bastante parecida a la actual: una pala cóncava y un mango; los materiales más utilizados eran tallas de hueso, algunos tipos de piedra y arcilla cocida. Utilizaban, principalmente, materiales que fuesen fáciles de trabajar o modificar.
Muchos de los útiles, considerados como cucharas, no tenían una función expresa para la alimentación, sino que eran utilizadas para diversas actividades médicas, productivas o ceremoniales. Unos tres mil años antes de Cristo, en el rico eje Mesopotamia - Siria - Egipto, se producían estupendas cucharas, con mangos tallados y otros adornos de fantasía, logrando una gran variedad de modelos y formas. Visitando muchos de los mejores museos del mundo podemos contemplar muchas de estas piezas, pero hay que hacer una especial referencia al museo del Louvre de París, donde se encuentran algunas de las mejores piezas de todos los tiempos, con trabajos muy reconocidos dentro del mundo artístico.Las más ricas, fundidas en metales nobles, oro y plata, y a veces decoradas con piedras preciosas, se utilizaban en los oficios religiosos de los templos, para aplicar cosméticos a las estatuas de las divinidades o en la persona de los reyes divinizados.
Se han encontrado cucharas hechas de madera o de hueso en yacimientos que datan atrás hacia el paleolítico.
En la antigua Roma hubo dos tipos de cuchara, la mayor lígula y la menor llamada cochlea. Esta última tenía un mango en forma de aguja que servía también para pinchar trozos de comida o abrir mejillones, etc. Por lo tanto cumplía con algunas funciones de nuestro tenedor. Su origen era la utilización de la concha, la cóclea, con un mango, normalmente de metal precioso.
Hasta el siglo XIX la cuchara era -aparte del cuchillo o navaja- a menudo el único instrumento utilizado en las comidas. El principal material utilizado en su fabricación era la madera.
Luego se comenzó la fabricación industrial de hierro o acero recubierto de estaño y para la gente más adinerada de plata. Para los alimentos ricos en azufre como los huevos o el pescado se suelen emplear cucharas doradas, de cuerno u otros materiales que no reaccionan con este ingrediente alterando su sabor.
Desde su forma primitiva se han desarrollado diversas formas especializadas para sopas, ensaladas, café etc.
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